¿NOS ENSEÑAN A ESTUDIAR?
Todas las acciones que realizamos de forma automática
responden a una programación neurológica aprendida y memorizada, por ejemplo:
caminar. Proceso que hoy hacemos sin
poner la atención requerida en un primer momento. Observemos a un bebé dando sus primeros
pasos. Conseguir desplazarnos de un lugar a otro nos costó muchos tropezones,
llantos, energía y repeticiones igual que mantenernos encima de una bicicleta,
conducir o nadar. Hoy todas esas actividades las realizamos sin pensar, no
requieren de nuestra atención porque están impresas en la mente con una
intensidad tal que se ha instaurado en ellas, el automatismo.
EL
ESTUDIO
Desde niños se nos anima a estudiar, pero esa invitación
con el paso de los años se convierte en una obligación, en una exigencia con la
que los preadolescentes y adolescentes se ven obligados a convivir, sin que en
la mayoría de los casos, nadie se pare a explicar cómo hacerlo.
Quizá sería interesante transmitir la idea de que el estudio forma parte
del aprendizaje. Estudiar ha de ser un medio. Aprender ha de ser el objetivo.
El estudio como parte del aprendizaje es una absorción del afuera.
Podríamos decir que el proceso abarca distintos momentos interrelacionados.
ATENCIÓN --- CONCENTRACIÓN --- COMPRENSIÓN ---MEMORIA
Si podemos
mantener la atención conseguiremos una mejor concentración. Si la mente está
atenta cada concepto será registrado de inmediato. Mantener la atención no es fácil porque
estamos condicionados por un continuo bombardeo de estímulos externos. Además,
sabemos que los jóvenes de hoy cuentan con un diccionario mental muy limitado. Cada palabra no entendida hace perder el
interés sobre la materia y ayuda a que los pensamientos se dispersen, la
concentración desaparezca y no consigamos memorizar nada.
Desechemos la idea de que el “buen
estudiante” es aquel que permanece en silencio delante de su libro durante
horas. Sería un error olvidar que sus pensamientos pueden estar muy lejos de su
lugar de estudio. Afirmemos, que el BUEN
ESTUDIANTE no es aquel que emplea muchas horas. EL BUEN ESTUDIANTE es el que saca un mayor rendimiento a las horas
empleadas.
Ayudemos a nuestros hijos e hijas a mejorar su atención y capacidad de concentración, para
conseguir una buena comprensión de la materia estudiada que finalmente, será
almacenada sin problemas, en su memoria.
Existen diferentes técnicas que pueden
ayudar a optimizar el estudio y a potenciar de forma automática la creatividad,
entendiendo dicha facultad como un elemento esencial dentro del proceso.
TÉCNICAS
Asociación de Ideas: si las palabras son
comprendidas y además, están asociadas a una emoción de placer o dolor
adquieren un peso emocional que ayuda a que se fijen en la memoria.
Utilizar Palabras Claves, normalmente
sustantivos o verbos que ofrecen una
imagen bien definida del contexto.
Utilizar Claves o frases significativas
nos remite a la escritura secuencial y a los Mapas Mentales, Tablas y Esquemas.
Cuantas más conexiones se establecen entre la mente y los nuevos conceptos
adquiridos más fácil resultará memorizarlos.
Fátima de la Jara
Grupo: Aula de Desarrollo Humano